La segunda mitad de la vida 6-7

La segunda mitad de la vida 6-7



Diego Bernardini

(resumen del libro)



CAPITULO 6



LAS RELACIONES INTERPERSONALES Y SOCIALES EN LA
SEGUNDA MITAD



Mire usted, no vamos a engañarnos, para mi la vejez es una
devastación. Ahora, bien lo que se llama la senectud puede ser otra cosa,
puedes sentir otra sabiduría. Tocando madera siempre y si hay suerte en la
salud. En este contexto me parece muy atinada la pregunta de usted, porque
siempre me pregunto dos cosas: (primera) QUERO SEGUIR ESTANDO
VIVO, y el día que no tenga esas condiciones tengo resuelto las órdenes para
salir de la vida. mantener la curiosidad en activo es fundamental, creo
que la juventud de una persona no se mide por los años, sino por la
curiosidad que mantenga
. Hay jóvenes que ya son viejos y viejos que siguen
siendo jóvenes. (La segunda cosa) importante es que cada día te
suceda algo nuevo
, es decir, que la vejez no sea uno sentarse en un sillón
a esperar. En ese contexto me parece que puedes mantenerte vivo.



Uno de los desafíos que tenemos como personas, y por
extensión como sociedad, es reconocernos como tales. Lo usual
es externalizar la vejez, ponerla en el otro o en el próximo, fuera de uno,
cuando somos todos y cada uno de nosotros los que envejecemos.
Esto
requiere de un ejercicio intelectual, que lleva a organizar e interpretar la
información que proviene de nuestro entorno, sean estímulos, pensamiento o
sentimientos.



Lo primero es comprender que NO hay una “típica” persona
mayor
. Si algo caracteriza a las personas mayores es la diversidad y, con
ello, el desafío de la construcción de una identidad propia y de erigirse, de
manera colectiva, como nuevo grupo social. Cada uno de nosotros incorpora a lo
largo del curso de la vida los componentes de nuestra identidad, entre los que
se encuentran el del propio desarrollo existencial, los cambios de la
apariencia y el significado de nuestro propio cuerpo, así como las diferentes
formas en que nos adaptamos, asimilamos y acomodamos las experiencias vividas
durante el devenir. En las personas mayores, la identidad como tal no existe si
consideramos el origen etimológico el termino IDENTIDD, que se refiera a “lo
mismo” según su raíz latina.



En una oportunidad, un paciente me
confesó:



Un día estaba de vieja por Europa y
al sacar una entrada, me cobraron la tarifa reducida de una cuarta parte,
porque soy SENIOR, o directamente me ha pasado en otros lugares donde se entra
gratis. Esto fue lo que primero me shockeo. Pero más tarde me ocurrió algo que
para mi fue una experiencia sensacional y hasta inconfesable. Estando en el
camión un joven se puso de pie para darme el asiento. Ya me sentía muy fuerte y
reaccioné desde mi orgullo herido por lo que le dije: “no, no te preocupes, yo
puedo estará de pie”. Y el me respondió: “de ninguna manera, señor, es su
lugar”. Entonces fue cuando me pregunte quien es uno: ¿el que uno cree
ser o el que la sociedad esta viendo?



El amplio rango de la capacidad física y la dependencia con
que se pude llegar a edades avanzadas, en donde las disparidades muestran la
relación directa con el grado de ingresos económicos o mejor estatus socioeconómico.
La relación suele ser que a mayor ingreso económico hay menos dependencia. Otra
percepción generalizada que se suele observar en la narrativa actual que rodea
a las personas mayores es que la edad avanzada es sinónimo de dependencia.



Estas suposiciones, la mayoría de ellas basadas en
estereotipos negativos, dan lugar a cuestiones que se dan por asumidas muchas
veces bajo frases establecidas como “los 70 de ahora son los 60 de antes” o
“los 50 de hora son los 40 de antes”. Es cierto que quienes hoy tienen 70 años
transitan este momento de vida muy diferente como lo han hecho sus padres, y
quienes hoy esta viviendo sus 50 seguramente lo harán diferente cuando lleguen
a sus 70 respecto de los septuagenarios de hoy. Por eso intentar generalizar
es algo que no es posible con las personas mayores.
El devenir se vive de
manera personal e individual. La identidad de los mayores se vuelve atributo
único incapaz de caer en la generalización a la que nos acostumbra el rotulado
social, y que muchas veces, como muestra de desconocimiento hacia los adultos
mayores se vuelve agresión.



 En una oportunidad nos
encontramos en Japón, donde hubo un congreso sobre envejecimiento, en Kioto.
Allí fue cuando pude conocer el vinculo ancestral y cultural que existe entre
las personas mayores y la sociedad japonesa. Un rasgo de identidad y parte
del secreto de la longevidad que hace que Japón no solo sea el pais con mayor
expectativa de vida, sino con mayor porcentaje de personas mayores de 65 años
(un 27% aproximadamente de su población, que equivale a cerca de 33 millones de
personas y mayor numero de centenarios en el mundo, más de 70,000). Y esto
tiene nombre propio y en japones se llama IKIGAI, su traducción al español
seria “plan de vida”, o “razón de ser”, “la razón por la cual despertar y
comenzar cada día en la mañana”.



Según la filosofía japonesa todos tenemos una razón de ser,
un IKIGAI, y para conocerlo es necesario un riguroso ejercicio de introspección
y reflexión.



Hay cuatro determinantes y que cada de uno de ellos se conforma de dos
componentes, los cuales a su vez se relacionan entre sí y podrían ser
explicados si pudiéramos responder cuatro preguntas:



1.    
¿Qué
es lo que amo?



2.    
¿En
qué me considero bueno?



3.    
¿Que
pienso que el mundo necesita de mí?



4.    
¿Porque
pienso que me podrían pagar?



1.- AQUELLO QUE AMAS. – Lo primero de todo es saber y tener muy en claro que es lo
que se ama, puesto lo que amamos es lo que hacemos con pasión, muchas veces
como motivo, propósito o razón de ser de la propia existencia. Lo que hoy
conocemos en el ambiente corporativo como misión.



2.- PASIÓN. – También es muy importante saber en que somos buenos. Generalmente,
somos buenos en lo que hacemos con pasión.



3.- VOCACIÓN. – Otro punto es pensar lo que el mundo necesita de
nosotros, y que solemos elegir como medio de vida y suele ser producto
de una vocación y poder ejercerla como aportación al mundo y es el origen de
una gran satisfacción de vida.



4.- PROFESIÓN. – Saber determinar a través de que podemos o podríamos
recibir una compensación económica.



CONSIDERAR LA IDEA DE SOLIDARIDAD, COMO UNA PROYECCIÓN HACIA
EL OTRO TAMBIEN REDITUARÁ EN MI, ES LA CLAVE.



Hay que encontrar las respuestas y un equilibrio entre
la<s cuatro áreas podría ser la ruta hacia al IKIGAI
, para las personas de occidente que
sueles buscar una interpretación rápida de esta filosofía. Es un proceso lento
y personal, no tiene nada que ver con el trabajo o los ingresos económicos. IKIGAI,
es un término que expresa bienestar, propósito y significado con ciertas
connotaciones del disfrute por el vivir, en especial para cualquiera cuyo
trabajo sea su razón de ser o algo importante en su vida.



SOLEDAD: LA NUEVA EPIDEMIA.



Mas allá de que las ciudades funcionan como polo de atracción
en la búsqueda de oportunidades, suelen mostrarnos rasgos que le son propios,
que le pertenecen. Uno de ellos es LA SOLEDAD, que puede ser elegida o no,
especialmente entre adultos y personas mayores; un dato importante, porque
vivir solo se relaciona con una pobre satisfacción vital. Por ello, la ecuación
es simple: vivir solo muy probablemente lo vuela a uno mas solitario y menos
feliz.



Los humanos como especie somos seres sociales. Hoy, en el
siglo XXI, vivimos la era de la hiper conectividad, el conocimiento compartido.
Sin embargo, las redes sociales no dejan de ser un engaño, ya que muchos de los
dicen sentirse solos son personas que viven conectadas gran parte del día.



El aislamiento social, la soledad y el vivir solo tienen
fuerte impacto sobre la mortalidad. La soledad afecta el sueño y su calidad,
altera los niveles hormonales de los mediadores del estrés, incrementa los
niveles de inflamación y debilita el sistema inmune.



Investigadores de la Universidad de Suecia, evaluaron en 2001
a mas de tres millones de personas, entre los 40 y 80 años, que nunca habían
tenido problemas cardiovasculares, y encontraron que los dueños de perros
tenían muy bajo riesgo de muerte cardiovascular, respecto de a aquellos que no
tenían una mascota, cerca de un 33% menos. Tener un perro no solo le garantiza
compañía, sino también alguien a quien cuidar y pasear. Salir al exterior no
solo aumenta las posibilidades de interactuar socialmente, sino que nos permite
movernos, hacer actividad física y esto también es predictor de longevidad.



REDES PARA AYUDAR



En Mexico, un 12% de las mujeres y un 9.2% de los hombres
adultos mayores viven solos en hogares unipersonales, lo cual puede significar
que están en situación de vulnerabilidad, ante cualquier emergencia o necesidad
que no pueden satisfacer por ellos mismos.



Construir y tener redes sociales o vínculos de ayuda implica
poder disponer de apoyo con el caso del encargado del edificio, de la familia o
un asistente o empleado, pero también acceder a amistades y diferentes estímulos
de actividades y pertenencia social.



El ser humano es una especie que antes que nada es social,
por eso nos gusta compartir con otras personas que nos hacen sentir
bienvenidos, nos prestan atención y nos abrazan.
Nuestra salud física y psicológica
se ven beneficiadas por este tipo de interacción que e traduce en pertenencia
social. Esto hace referencia al hecho que la inclusión o integración social,
a medida que nos hacemos, mayores se vuelve mas determinante y,
paradójicamente, parecería ser que el sistema opera en dirección contraria
.
Integración social refiere a cuanto interactuamos con otras con otras personas
a lo largo del día y esto incluye todo tipo de interacción, sean personas
extrañas, amigos, familiares o conocidos. Tiene que ver con cuan a menudo vemos
o hablamos con otra persona, aunque sea por teléfono, escribiendo o recibiendo
cartas, también saludando a quien nos conoce ya sea a lo lejos mientras
caminamos, incluso si lo hacemos vía computadora o por videollamada, también
diciéndole buen día al cartero o a la madre que lleva a su hijo al parque. Debemos
considerar que cuando alguien nos dice “no necesito ver a nadie” puede ser
equivalente a decir “no necesito comer”, lo cual no es posible.
Todos
necesitamos dormir, comer, beber y estar integrados socialmente; pero como
somos distintos, esta en cada uno encontrar la forma que nos resulte mas
cómoda.



La exclusión como tal provoca sufrimiento y reconoce un
pasado en que, como especie, el individuo que no contaba con el apoyo de su
grupo, o clan o tribu perecía
.  Se hace necesario
enmarcar el rol de la amistad como algo que los adultos, y los adultos mayores
privilegian como espacio a compartir entre pares, principalmente por la
similitud de sus momentos vitales. Esto tiene que ver con algo que muchos
mayores subrayan, con el hecho de diferencias como son los “amigos de verdad”,
aquellos que se consideran incondicionales y con los que se comparen emociones
y experiencias
. De ahí, que tener actividades a modo de una agenda
social es una de las formas de garantizarse el estímulo necesario para evitar
el aislamiento social.



Aceptemos de manera constructiva la
angustia.



La angustia es una emoción natural de la condición humana. Es
diferente a la depresión, y es importante reconocerla como una parte del
proceso de las personas en su perdida de salud o vitalidad.



El valor de ser compasivos.



Compasión proviene del latín y literalmente significa “sufrir
juntos, sufrir con el otro. Es ante todo un sentimiento que se genera por el
contacto, pero también por la comprensión hacia el prójimo.



Tenemos necesidad de mostrar el camino de la autocompasión y
estar consciente de ello y estar abiertos, aceptando el propio dolor
individual, es importante ser amable, y compartir con el otro y que puedo ser
yo el que mañana puedo estar en su lugar.



La compasión no trata de evitar el dolor, sino de pensar como
me explico y allano el camino frente a una determinada situación, como genero
otros climas alternativos y como manejo esos escenarios que me ponen frente a
mí la vida, escenarios que hacen a la vida misma y por las cuales seguramente
todos pasemos en algún momento.



 



CAPITULO 7



PENSANDO NUESTRA SEGUNDA MITAD



SALUDABLES, ACTIVOS Y SEGUROS.



¿Dónde está la felicidad? Si pudiera darte una receta
diría que en el entusiasmo
. Todos los viejos inteligentes que conozco son viejos
entusiasmados con algo, con un deseo fijo, o idea, pero no conozco a ningún
tipo necio o estúpido, que se siente a mirar la televisión. Esos se van. . .
porque nuestro cuerpo requiere tener un movimiento, pensamiento, ejercicio,
etc. que no se atrofie, entonces creo que el entusiasmo en lo que estás
haciendo es fundamental.



En otras palabras, lo que creo es el gran secreto de
un envejecer exitoso: SALUD, TRABAJO, SEGURIDAD DE PERTENENCIA Y ALGÚN INGRESO
ECONOÖMICO.



Ahora bien, poder llegar a los 80 años, exige una
construcción que en parte condiciona tu espíritu OPTIMISTA, pero también tu
decisión personal
.
Estar saludable, activo y con cierto nivel de seguridad, es el reto. El
paradigma de la nueva longevidad cuestiona con fuerza una visión del adulto
mayor dependiente, receptor de cuidados y en un rol estereotípicamente pasivo,
una visión, por otro lado, muy anclada en el modelo médico, centrado en el
hospital y el carácter curativo que predominó en el siglo pasado. Estar
saludable es consecuencia de haber tenido hábitos saludables desde tiempo de
niñez y juventud. En esto va una parte de la educación que recibimos, pero
también una decisión personal.
Estar saludables nos permite tener mayor
autonomía y así poder mantenernos incluidos en la sociedad. Ser una
persona
saludable permite trabajar o ayudar a los demás de alguna forma y participar
socialmente. La salud otorga vigencia. Esta inclusión social se puede dar por
medio del trabajo sea remunerado o no; ambos diferentes, ambos con ventajas y
desventajas.
Sin embargo, todos esos aportes, sea el trabajo, el cuidado
que podamos ofrecer a otros, lo que podamos brindar a la comunidad y poder
aprovechar las oportunidades que el entorno nos brinde, dependerán en gran
medida de nuestro estado de salud. Es importante visualizar la segunda mitad
como un momento de construcción donde no hay fecha de caducidad, donde nunca es
tarde.



El hecho de poder aprender y capacitarse son fundamentales
para gozar y ejercer un envejecimiento activo. Aquel que se capacita y eleva su
nivel de educación y conocimiento suele gozar de mejor salud. La teoría
mas consolidada es que junto a descubrir y al aprendizaje florecen los
proyectos y con ello la satisfacción vital, algo muy próximo a la felicidad.

De hecho, aprender, ya es todo un proyecto con que llenar la vida de los años
de quienes deciden que la nueva longevidad sea una etapa de vida con calidad de
vida. PORQUE PARA APRENDER Y SER PROTAGONISTA NO HAY EDAD.EL QUE TIENE UN
POR QUE, CONSIGUE UN CÓMO.



A ENVEJECER SE PUEDE (Y SE DEBE)
APRENDER.



No deben preocuparnos las arrugas en el rostro- que
significan perdida de grasas y aligeramiento de lastre- SINO LAS DEL CEREBRO.
Estas no las refleja el espejo; pero las perciben nuestros amigos, discípulos y
lectores que nos abandonan y condenan al silencio.



En suma; se pierde la curiosidad intelectual, y cuando con
torpeza de las piernas, coincide la torpeza y premiosidad de la palabra y del
pensamiento.



A envejecer se puede y se debe aprender. Allí subyace uno de
los grandes secretos de la felicidad cundo uno se vuelve mayor.



La vida es aprendizaje. Aprendemos a caminar, aprendemos a
hablar, aprendemos a vestirnos y también a hablar una segunda lengua, a andar
en bicicleta o jugar ajedrez.



Todo es aprendizaje. Se necesita reflexión, se precisa de paz
interior y ganas de encontrarse con uno mismo y de proyectarse en algo que
llamamos futuro. La persistencia en la sensación que algo nuevo se puede
aprender, la ilusión y el proyecto, todo ello debe estar presente y pare eso
que mejor que aprenderlo. El filósofo catalán Salvador Paniker me dijo: “EL
DIA QUE NO DESCUBRO ALGO NUEVO, SEA EMOCIONAL O INTELECTUAL, ES PARA MI UN DIA
PERDIDO”.



Aprender a envejecer es una respuesta que merece ser
analizada al menos desde dos perspectivas. La biológica nos
lleva a el envejecer, el propio devenir del tiempo, se puede vivenciar como
algo inevitable desde la plenitud o de la pérdida.
Ya lo dijimos: si hay
algo que caracteriza a las personas mayores es la diversidad, no hay dos
personas mayores iguales. Por otro lado, está la perspectiva social y
cultural
, son aquellas que hablan de la nueva longevidad como una
oportunidad no exenta de desafíos. a esa adaptación al cambio hoy en muchos
casos la llamada “resiliencia”, una combinación de flexibilidad y resistencia,
pero sobre todo la flexibilidad para superar adversidades. Soy de los que
prefieren pensar y sostienen que envejecer es un premio.
La mayoría de
nosotros quiere vivir por mucho tiempo, pero nadie quiere envejecer.
¡valla
paradoja!
Envejecer con dignidad brinda respeto y despierta admiración. Quitar
etiquetas, dejar de lado tabúes y estereotipos forman parte de ello. Aceptar
y aceptarnos de manera
optimista a las nuevas e inesperadas
situaciones de la vida resulta cardinal.
Respecto al paso del tiempo
bien podríamos utilizar la dicotomía: oportunidad o crisis. De eso de trata la
nueva longevidad. Durante la vida vamos continuamente adaptándonos. Es un
ejercicio permanente que nos permitió sobrevivir como especia y nos lo permite
como individuos cuando nuestra reserva y capacidad funcional mengua el
equilibrio se rompe y, como vimos previamente sobreviene la dependencia. La
clave es alejar ese momento el Japón le dicen vivir por largo tiempo y morir en
un corto periodo.
Pero, hasta ese momento vivimos en continua adaptación y
para adaptarse hace falta aprender. Cuando en algún momento todos nos hemos
mirado al espejo, pero visto de una forma diferente.  Y de allí la pregunta: ¿qué ha ocurrido? Ha
pasado el tiempo. Hubo crecimiento, hubo maduración y habrá finitud. ¿Cuándo
me hice o cuando me hare viejo? Cuando yo lo decida, porque envejecer es un
proceso único y porque no hay una única ley que lo explique
. Hay enfermedad
y hay salud, que forman parte de un registro físico, pero envejecer, en
cambio,
es un registro personal. Nos pertenece y de manera
diferente y a cada uno de nosotros.



Nos enseñan que la vida es algo lineal, una recta entre dos
puntos. Blanco o negro, sin grises intermedios. La vida misma se encarga de
mostrarnos lo opuesto. Ni una línea, ni dos colores. ¿Por qué envejecer debería
ser algo lineal? ¿porque el devenir algo igual para todos? Estar en cada edad
con arreglo a ese momento vital es perentorio como un camino que nos permita llenar
la vida los años de una nueva longevidad. La curiosidad se dice que es algo
innato, pero en cada uno existe ilusión. Por ello, la significancia del devenir
como momento de aprendizaje.
De aprender a aprende como un estado de animo
sobre el que podemos tener influencia y la pregunta como motor de cambio. ¿Qué
vejez nos gustaría vivir? “para mi envejecer es cuando te quedas sin
interrogantes”
. ¿y a usted como le gustaría envejecer?



LECCIONES DESDE EL SOL NACIENTE



Fue un domingo de diciembre por la mañana cuando, caminando
por el centro de Montevideo, pude ver como en torno al monumento a Artigas en
plena Plaza de la Independencia se arremolinaba la gente, mientras se rinda un
homenaje al prócer oriental. Para mi sorpresa, quien estaba junto al presidente
uruguayo era el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que acaba de terminar su
participación en la reunión del G20 en Buenos. Aires ver a los dos principales
gobernantes de las naciones con mayor envejecimiento poblacional en el mundo y
en nuestra región, me hizo reflexionar sobre como el conocimiento y la
experiencia de uno podría transferirse y aplicarse en nuestros países. Japón
además de ser el pais con mayor expectativa de vida en el mundo, Japón hoy se
enfrenta a una disminución como nunca se había visto en su tasa de fertilidad
que se da a una velocidad sin precedentes.



Veamos estos dos puntos. La expectativa de vida en Japón
actualmente es de 84 años en promedio, y las personas mayores de 65 años llegan
a 28% de una población que alcanza 127 millones aproximadamente. Japón en 2018 quebró
la línea de contar con ms de 70,000 centenarios
. Sobre la tasa de
fertilidad, la otra variable que juega en torno al equilibrio demográfico de un
pais, en 2016 era de 1.44 bastante alejado del 2.1 que esta establecido como
nivel de recambio poblacional. Las causas por las cuales los japoneses no son
entusiastas a la hora de tener hijos podrían radicar según los especialistas en
el hecho de la poca oportunidad que existe para la gente joven en el pais a
pesar de que la tasa de desempleo esta alrededor del 3%. Pero además cuenta
fuertemente el factor que la mujer esta privilegiando su desarrollo personal y
profesional al hecho de ser madre. Frente a este desafío que implica poder
pensar desde el nivel de gobierno como se gestionara una sociedad donde las
personas viven cada vez más.  En este
sentido Japón está desarrollando una serie de reformas que deberían ser
observadas por países como los nuestros que marchamos más retrasados en la
transición demográfica. Una de ellas tiene que ver con facilitar la tasa de
empleo de las personas 65+.
Para ello se están emprendiendo reformas que
permiten llevar la edad de jubilación por arriba de los 65 años, además de
incentivar el empleo d este grupo de personas. Se estima que la actual
fuerza de trabajo japonesa oscila en 67 millones de personas disminuya a 58 millones
en 2030
. Pero Japón no solo nos puede enseñar sobre medidas de política
publica que impactaran en la sociedad, también puede hacerlo con tradiciones o
principios que podrían explicar porque en la isla de OKINAWA a unas tres
horas de vuelo desde Tokio existe la zona azul donde vive la mayor
concentración de personas centenarias en el mundo. Uno de estos principios se
refiere al IKIGAI
, un principio o filosofía de vida mundialmente
reconocida de la cultura japonesa cuyos miembros interpretan como la razón
de ser, la razón de levantarse por las mañanas.
Un principio muy anclado en
la costumbre de madrugar y así, poner en sintonía regulaciones hormonales que
afectan el estado de ánimo como el movimiento del sol. Es conocido la devoción
de los japoneses por el fenómeno del sol naciente.



En Okinawa particularmente es muy fuerte la tradición
conocida como MOAI. Este concepto refiere al grupo de amigos que
brinda sostén a lo largo de la vida. Aquellos amigos con los cuales podemos
compartir las buenas, pero, sobre todo, los malos tragos o noticias que nos da
la vida.
los okinawenses se toman su tiempo para ello, y lo hace en
general con frecuencia semanal en los que comparten la ceremonia del te con
charlas que pueden ser desde temas sociales, familiares y hasta económicos.

Es una tradición que responde antiguamente al hecho de conformar grupos
de amigos en in la infancia que con el paso del tiempo pasarían a constituir
una familia extendida para brindarse apoyo a lo largo de la vida.
La
evidencia actual es suficientemente robusta para saber que el nivel de
conexiones sociales influye en la longevidad y felicidades de las personas,
pero lo que subyace entre el sostén social, el bienestar y la felicidad radica
que el capital humano que se crea. La confianza y sensación de pertenencia
guardan una relación positiva con el bienestar y la cálida de vida algo que, además
se ve aumentado en aquellas personas que realizan trabajo voluntario respecto
de las personas mas jóvenes.



El capital humano habitualmente refiere a la inversión que se
hace en la educación de las personas, pero también hay otro elemento como
inculcar valores por la familia o parientes, la importancia de la actividad
física regular o una dieta saludable
. Este ultimo es otro de los puntos
en los que la cultura japonesa nos muestra una gran lección y es a partir de un
principio que viene del confucionismo llamado HARA HACHI BU, principio
que, por otro lado, es la primera conducta conocida de restricción
calórica voluntaria en seres humanos. El principio filosófico de esta conducta
insta a las personas a no comer o llenarse más allá del 80% de su capacidad.

Así entonces los habitantes de Okinawa tienen una ingesta promedio diaria de
1800 a 1900 calorías, que comparado con la dieta promedio de los
estadounidenses de 2300-2600 calorías es cerca de un 20% menos. Pero el HARA
HACHI BU, no solo es comer menos, sino comer más lentamente, darle atención al
momento de comer y claro, comer porciones más pequeñas lo cual también les
permite con el tiempo reconocer la sensación de saciedad, algo que los ritmos y
costumbres de ingesta occidental se suele pasar por alto.
Por eso, y según
los registros existentes y las tasas de centenarios que es de cincuenta por
cada 100,000 habitantes, son elementos suficientes para creer que los
habitantes de Okinawa
viven vidas más largas y tantas que cualquier otra
persona en la tierra. Por cierto, que aquello de vivir una vida larga
también tiene su connotación en la cultura japonesa, algo que los centenarios
saben muy bien y que tiene que ver con la forma en que ven al momento de
muerte. La frase en si dice algo aso como “VIVIR LARGO, MORIR CORTO”, refiere a
la posibilidad de mantener las capacidades de independencia el mayor tiempo
posible y el proceso de convalecencia y
muerte se da de manera
rápida. Es una de las características de las personas centenarias
.  Aquellos que llegan a esa avanzada edad no
suele haber desarrollado problemas de salud o enfermedades incapacitantes.
Quien las tuvo seguramente murió antes. Por eso, si usted observa y presta
atención, los centenarios viven, viven y viven hasta que en un momento mueren
de una forma repentina o luego de un periodo corto de enfermedad, dependencia y
hospitalización. Sin duda algo que seguramente si nos dan a elegir muchos de
nosotros elegiríamos. Así que ya sabe, mucho por aprender de la tierra del sol
naciente y por si no lo recuerda aquí le mencionamos las claves de tres
lecciones que nos llegan desde Japón.



·       Trabajar hasta edad avanzada y
siempre tener un proyecto de vida, su propio IKIGAI.



·       Tener relaciones de confianza,
valiosas, aquellas que conforman el MOAI.



·       Comer al 80%, de manera lenta y con
atención, lo que llaman el HARA HACHI BU.



EN NUESTRO LUGAR



Uno de los ejercicios que suelo realizar con mis estudiantes
es preguntarles donde les gustaría vivir sus últimos años de vida. una
pegunta que parece inocente, que muchos ven como si les hablara en chino porque
aún son jóvenes para pensarlo, pero que muchas personas adultas y mayores
tienen muy claro: en nuestro propio hogar. De hecho, la estadística dice que
luego de los 50+ es poco probable que cambiemos de domicilio. En los Estados
Unidos, el 87% de los adultos mayores de 65+ desean permanecer en su hogar y
comunidad actuales a medida que envejecen.



El envejecimiento en nuestro propio hogar se define como “la
capacidad de vivir en el propio hogar y la comunidad de manera segura,
independiente y cómoda, más allá de la edad, los ingresos o el nivel de
capacidad” muchos mayores lo definen como envejecer en un lugar donde se
sientan conectados, con familiaridad y seguridad.
Como se aprecia es algo que parece
simple y no lo es. Los riesgos reales o percibidos son elementos que ya sea en
el hogar o en el vecindario afectan la capacidad y posibilidad de vivir y
envejecer con éxito en su lugar. Entre las mayores amenazas para la
capacidad de envejecer en el propio hogar, están las caídas; mientras que, en
el vecindario, es la seguridad y el transporte o comunicaciones.
De
allí que la necesidad de intervenciones o modificaciones de estos espacios se
vuelven determinantes. La falta de apoyo en la ducha o el baño, barandas o
agarraderas inadecuadas en las escaleras, alfombras sueltas y caminos
obstruidos por cables y otros objetos son todos los peligros potenciales para
una persona mayor. Algunos ejemplos de las modificaciones posibles a realizar
incluyen una mejor iluminación, que no siempre debe ser de mayor intensidad por
el encandilamiento que puede provocar, interruptores accesibles en ambos
extremos de las escaleras, barras de agarre, pisos antideslizantes, una silla o
banco dentro del baño. Incluir rampas para entrada y salida accesibles,
elevadores o ascensores domésticos



·      
Lo
primero es evaluar las propias capacidades de autonomía y/deambulación. De auto
valerse en casa y en la ciudad, acompañamiento al médico o de compras,
transporte púbico, un pariente, amigo o vecino que lo acompañe, etc. .



·      
¿Actividades
y amigos, se aburre quedándose solo en casa? Hay algún centro de día para
personas mayores. Un lugar de reunión de amigos o para conocer gente. Disfruta
de las visitas de voluntarios disponibles o llamarlos para que puedan hacerle
compañía o hablar sobre cualquier problema que tenga.



·      
La
seguridad atañe a lo personal pero también al aspecto social. Si vive solo,
¿tiene miedo de enfermarse sin nadie cerca para ayudar?



·      
¿Es una opción para mi poder vivir solo en mi domicilio hasta una edad
avanzada? Existen razones por la cuales vivir solo o en su propio hogar puede
que no sea una buena idea. Condición de salud, la propia casa insegura por su
diseño, tristeza, soledad o depresión. Por eso, si usted quiere permanecer el
mayor tiempo posible en su propio domicilio no hay nada mejor que estar
preparado para ello, el asesoramiento legal debe ser parte de esta
planificación, medico de cabecera o familia que nos conozca, la telemedicina es
también un apoyo, etc.



EL ENVEJECIMIENTO EN LA ACTUALIDAD NO
SE CURA, PORQUE NO ES UNA ENFERMEDAD.



LA MUERTE ES INEVITABLE SABEMOS QUE
OCURIRA, PERO NO SABEMOS CUANDO LLEGARA. PERO ESO NO HACE QUE SEA MAS FACIL
HABLAR O PREPARARSE PARA ELLO Y TENER LAS CONVERSACIONES NECESARIAS, AUNQUE
DIFICILES EN EL SENO FAMILIAR Y ASEGURAR QUE SE CUMPLAN LOS DESEOS DEL FINAL DE
LA VIDA DE LA PERSONA.



LA SEGUNDA MITAD ES UN PERIODO QUE
PUEDE RESULTAR DE MUCHO DISFRUTE, Y ESO SOLO DEPENDE DE NOSOTROS. ACEPTEMOSLA Y
SEAMOS PROTAGONISTAS, CON LO BUENO Y TAMBIEN CON LO MENOS BUENO.
                                                        



 



 



eldon828

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